Te acompañó
Qué dolores viejos
Calló tu voz
Cruzo la avenida hasta el camellón, y sigo abstraída cantando. Sobre el camellón avanzo hacia el banco y espero que dejen de pasar autos para cruzar al otro lado. Justo cuando doy el primer paso, Él casi choca conmigo. Nos miramos y seguimos nuestro camino. Cuando llegamos cada uno al otro lado de la avenida, nos detenemos y volvemos a mirarnos. Caminamos en sentidos contrarios pero volteamos y seguimos mirándonos. ¿Nos conocemos? ¿Es magia? En fin, sigo caminando y entro al banco donde hay una fila inmensa y me formo. Saco papeles, le envío un mensaje a Teté para que me alcance ahí. Luego de un rato miro hacia la entrada y ahí está Él, el del camellón mirándome. Siento escalofríos y no me decido a salir y saludarlo. Se va. ¿Habré dejado ir a alguien especial?
14.40 pm. Teté llega muy enojada y me hace ver que me equivoqué de banco. El hombre del camellón no está. Teté comió, yo compré mi nueva agenda, la acompañé a su consultorio y volví caminando rumbo al trabajo. Recuerdo todo lo pasado las últimas horas.
16.10 pm. Estoy a unos metros de la entrada a la biblioteca y veo una silueta familiar. Es Él (el del camellón) que habla con otras personas. Escalofríos y expectativas. Paso delante suyo y levanto la mano saludando; Él hace lo mismo y continúa hablando. Se acabó la magia (o más bien no hubo magia, sólo curiosidad), y yo, vuelvo a trabajar.
El resto de la tarde siguen pasando cosas raras y me río mucho...
Fue un día particularmente raro, frío y húmedo.
Quiero detalles :D
ResponderBorrarSeguro!!! jijiji...
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