martes, 30 de diciembre de 2014

La canción de fin de año...



La escucho una y otra... y otra vez... Y no siento precisamente tristeza, ni nostalgia, pero creo que este es el sentir general que me dejan estos meses. 

Por eso muchacho
no partas ahora 
soñando el regreso:
el amor es simple,
y a las cosas simples
las devora el tiempo

Tan lindas palabras, tan lindos recuerdos, tan lindas cosas simples que construyen la memoria y los anhelos...

lunes, 29 de diciembre de 2014

Hoy... Con frío y por terminar el año.

Ahora escribo desde una de las bibliotecas de la Universidad de Valencia, mientras hago una pausa para organizar un poco mis ideas y continuar escribiendo acerca de educación, adolescencia, arte y museos. 

Es difícil concentrarse con tanto frío y con tanta vida por conocer y con tantos pensamientos que me impulsan más a la acción que a la lectura...

Pienso en la libertad, en la responsabilidad que supone, en lo necesaria que es. Pienso en mis deseos encontrados por terminar este ciclo académico y también por hacer algo que me llene más. Pienso en mis prejuicios y en las cosas que no me gustan y que no estoy dispuesta a aceptar. Pienso en que prefiero ver películas subtituladas, en lo necesario que es modificar por completo el índice, en que quiero volver al Cela y también saber más de pedagogía, en que esta realidad no es la mía, ni la de mi gente, en que cada día soy más ignorante, y en lo mucho que necesito magia... 

Pienso en que aunque parece que he dado muchísimos cambios de ruta, sigo en el mismo camino y sigo queriendo las mismas cosas para mi, mi hijo y mi pueblo. 

sábado, 27 de diciembre de 2014

La sole...

"Jamás hallé compañera más sociable que la soledad"
Henry David Thoreau



Estos días en los que la gente se pone en plan familiar y festivo pero también de reflexión y tono depresivo, los he pasado en silencio, mirando con serenidad tanto el paisaje mediterráneo, como a quienes han estado cerca, y luego pude mirarme a través de las experiencias que me han compartido. 

He conocido a personas que están pasando por transiciones fuertes en sus vidas, que no pueden mirar la luz que proyectan, que no creen en si mismas. Y han sido espejos de lo que soy y fui... y quizás seré.

Entre las cosas que más me han impactado está la urgencia por estar con alguien, ese sentir que se va el tren y que la edad, las arrugas, y tanto prejuicio, nos dejará solos de por vida si no nos damos prisa. Entonces van a la búsqueda, ya sea sólo por cuestión sexual o en plan de relación de pareja, pero por ese mismo sentirse incompletos y temerosos, deciden buscar virtualmente, y están suscritos a sitios para ligar y hasta tienen identificados los perfiles que se van repitiendo, como el suyo, por cada portal. 

A partir de esto me han venido dos reflexiones de peso: 

1) Yo no sé, la realidad es que no acabo de comprender ese temor a la soledad (aunque tengo muchos otros), pero cuando considero la idea de estar sola, no me da miedo, ni pesar; incluso he pensado que esa sería la forma más cómoda y sana de continuar con mi existencia en paz y sin lastimar a nadie. La realidad es que disfruto mucho estando sólo conmigo, ya sea activa o no. Me gusta escuchar mis pensamientos y vivir con todos mis sentidos los espacios.  Y compartirme con los demás sin necesidad de pactos, gremios o sociedades cerradas.

2) Y de nuevo Sur: Luego de haber sentido desconfianza y aversión ante las incursiones cibernéticas de mis amigas, caí en cuenta de que no hay mucha diferencia entre lo que hacen y lo que vivo desde hace millones de años con ese ser tan especial y tan extraño. Así que sigo procesándolo: o dejo esa hipócrita postura ante lo que ellas hacen, o me malviajo terriblemente por este estar líquido cada día más intenso.

Y falta abundar en todo esto, pero será en otro momento.



lunes, 22 de diciembre de 2014

Intenseando...

Las emociones surgen, se asoman temerosas por los pliegues de la vida, detectan luz y fluyen, se llenan de color y corren caudalosas, beben anhelos y esperanzas, se multiplican, se desbordan e inundan todo cuanto tocan. Ellas, las necias, a veces no comprenden que deben ser recatadas para sobrellevar la vida cotidiana, para que las distancias no las aniquilen, porque una palabra puede ser suficiente para apagar toda su fuerza, porque no saben de mesura y quieren que su vida, aunque corta, sea intensa.

Klaus Rinke  
Time-Space-Body and Action, 1972
No sé si por fortuna, he aprendido a ser una brillante celadora: así que las convoco, les cuento una historia que las adormece, y las guardo, con ternura, en una cajita, les pido que esperen a que los tiempos sean mejores, a que algún buen augurio venga por ellas en otro tiempo. Hoy no...


jueves, 18 de diciembre de 2014

Zona de Promesas



Entonces hablamos durante horas... 

No sé si hay soluciones o paliativos; no sé si hay presente o futuro; no sé si el silencio está bien, o si escucharte dormir o que me escuches, o si hablar de trivialidades. Siento que algo se rompió, pero aún no sé qué fue. 

Estoy triste...

miércoles, 17 de diciembre de 2014

93

Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación de] amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fájate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan cómo pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahí en ese poema de Nashe, convertidas en abejas. Y ahí, en dos versos de Octavio Paz, muslos del sol, recintos del verano. Pero un mismo cuerpo de mujer es María y la Brinvilliers, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma óptica que se regala con los retorcimientos de un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua... Sí, pero también está dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diálogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mí, a veces, me parece estar engendrando ríos de hormigas feroces que se comerán el mundo. Ah, si en el silencio empollara el Roc... Logos, faute éclatante. Concebir una raza que se expresara por el dibujo, la danza, el macramé o una mímica abstracta. ¿Evitarían las connotaciones, raíz del engaño? Honneur des hommes, etc. Sí, pero un honor que se deshonra a cada frase, como un burdel de vírgenes si la cosa fuera posible.

Del amor a la filología, estás lucido, Horacio. La culpa la tiene Morelli que te obsesiona, su insensata tentativa te hace entrever una vuelta al paraíso perdido, pobre preadamita de snack-bar, de edad de oro envuelta en celofán. This is a plastic's age, man, a plastic's age. Olvidate de la perras. Rajá, jauría, tenemos que pensar, lo que se llama pensar, es decir sentir, situarse y confrontarse antes de permitir el paso de la más pequeña oración principal o subordinada. París es un centro, entendés, un mandala que hay que recorrer sin dialéctica, un laberinto donde las fórmulas pragmáticas no sirven más que para perderse. Entonces un cogito que sea como respirar París, entrar en él dejándolo entrar, neuma y no logos. Argentino compadrón, desembarcando con la suficiencia de una cultura de tres por cinco, entendido en todo, al día en todo, con un buen gusto aceptable, la historia de la raza humana bien sabida, los períodos artísticos, el románico y el gótico, las corrientes filosóficas, las tensiones políticas, la Shell Mex, la acción y la reflexión, el compromiso y la libertad, Piero della Francesca y Anton Weber, la tecnología bien catalogada, Lettera 22, Fiat 1600, Juan XXIII. Qué bien, qué bien. Era una pequeña librería de la rue du Cherche-Midi, era un aire suave de pausados giros, era la tarde y la hora, era del año la estación florida, era el Verbo (en el principio), era un hombre que se creía un hombre. Qué burrada infinita, madre mía. Y ella salió de la librería (recién ahora me doy cuenta de que era como una metáfora, ella saliendo nada menos que de una librería) y cambiamos dos palabras y nos fuimos a tomar una copa de pelure d'oignon a un café de Sèvres-Babylone (hablando de metáforas, yo delicada porcelana recién desembarcada, HANDLE WITH CARE, y ella Babilonia, raíz de tiempo, cosa anterior, primeval being, terror y delicia de los comienzos, romanticismo de Atala pero con un tigre auténtico esperando detrás del árbol). Y así Sèvres se fue con Babylone a tomar un vaso de pelure d'oignon, nos mirábamos y yo creo que ya empezábamos a deseamos (pero eso fue más tarde, en la rue Réaumur) y sobrevino un diálogo memorable, absolutamente recubierto de malentendidos, de desajustes que se resolvían en vagos silencios, hasta que las manos empezaron a tallar, era dulce acariciarse las manos mirándose y sonriendo, encendíamos los Gauloises el uno en el pucho del otro, nos frotábamos con los ojos, estábamos tan de acuerdo en todo que era una vergüenza, París danzaba afuera esperándonos, apenas habíamos desembarcado, apenas vivíamos, todo estaba ahí sin nombre y sin historia (sobre todo para Babylone, y el pobre Sèvres hacía un enorme esfuerzo, fascinado por esa manera Babylone de mirar lo gótico sin ponerle etiquetas, de andar por las orillas del río sin ver remontar los drakens normandos). Al despedirnos éramos como dos chicos que se han hecho estrepitosamente amigos en una fiesta de cumpleaños y se siguen mirando mientras los padres los tiran de la mano y los arrastran, y es un dolor dulce y una esperanza, y se sabe que uno se llama Tony y la otra Lulú, y basta para que el corazón sea como una frutilla, y...

Horacio, Horacio.

Merde, alors. ¿Por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegíaco en que ya sabemos que el juego está jugado.

martes, 16 de diciembre de 2014

:)


Y sí!

"Ser un artista en este mundo artístico es, en efecto, tomar una posición con respecto al pasado e inevitablemente con respecto a los contemporáneos de uno cuya posición con relación al pasado difiere de la de uno. La obra de uno es, por tanto, tácticamente crítica de lo que pasó antes y de lo que viene después. Y esto significa que entender una obra de arte requiere la reconstrucción de la percepción histórica y crítica que la motivó."


A. Danto
Más allá de la caja brillo.
Las artes visuales desde la perspectiva poshistórica.
Akal. Madrid, 2003

domingo, 14 de diciembre de 2014

Deseos

¡Yo quisiera salvar esa distancia,
ese abismo fatal que nos divide,
y embriagarme de amor con la fragancia
mística y pura que tu ser despide!

¡Yo quisiera en mí mismo confundirte,
confundirte en mí mismo y entrañarte;
yo quisiera en perfume convertirte,
convertirte en perfume y aspirarte!

¡Aspirarte mujer... de ti llenarme,
y en ciego y sordo y mudo constituirme,
y ciego, y sordo y mudo, consagrarme
al deleite supremo de sentirte
y a la suprema dicha de adorarte!

Salvador Díaz Mirón

De José Mujica...



"Recuerda lo siguiente, lo más simple:
Nada más importante que el amor,
nada más importante.
Y como tal, al amor hay que dedicarle tiempo.
Es una cosa tan seria y tan profunda
que sacude todos los cimientos
y debe de atenderse y entenderse.
Y después de eso, ¿qué hay?
Los hijos, un puñado de amigos,
y poco más,
y lo demás es ruido."

lunes, 8 de diciembre de 2014

Rompecabezas

¿Averiguar quién soy a partir de lo cotidiano? ¿A partir de los sueños? ¿A partir de los deseos?


Estos últimos días han estado llenos de vivencias poco comunes: 

Soñar que salen conejitos multicolores de un sillón desvencijado y que un ratón blanco juega con Menta, el gatito que hace 3 meses dejé en casa, entonces extrañarlo...

Recordar a Simona, esa mascota que tuve hasta que cumplí 10 años, la de la bellísima función de circo, con la que tan profunda comunicación tuve y a la que tanto lloré después...

Despertar otro día, sintiendo un inmenso enojo porque el recuerdo de un hombre me buscó en sueños...

Percibir a mi sol aprensivo por mi inminente partida...

Viajar en bicicleta a las 3 de la mañana...

Una madrugada y un trayecto en el que un anciano toma mis manos e intenta seducirme...

Odiar que se censure una imagen en un espacio que se supone libre y abierto...

Caminar dos horas bajo la lluvia...

Sentir felicidad absoluta al recorrer viejas calles por la noche...

Escuchar música y dejar caer la cámara...

El frío que penetra hasta los huesos...

La alegría que producen los colores y los sabores dulces...

Diluirme a partir del oído y la imaginación...

Que todo mi ser ansíe pronunciar "te amo"...

Llorar de felicidad mirando una iglesia gótica...

Repetir como epifanía que todo es luz...

El que alguien más piense que soy religiosa por el hecho de haber llorado...

Conocer nerviosa a un amigo de esa voz que me embelesa...

Sentirme fuera de lugar...

El desencuentro con otro ser humano a partir de la sinceridad...

El que la soledad muchas veces me da más placer que la compañía...

Tener claro que un te quiero se lo digo a pocas personas y que no necesito decírselo a más...

Saber que cualquier sitio es tan caro como tú se lo permitas...

Mirar que la dicha se diluye...

Volver a casa y buscar descanso...

Abrazar a mi sol y colmarme con la luz de su mirada...

Saber que el tiempo se acaba aquí...

El "todavía" está por dejar de serlo...

Pensar que el volver en realidad debería significar ir a un lugar desconocido pero anhelado...

Esa voz que me hace soñar y desear...

¿Quién soy?






lunes, 24 de noviembre de 2014

Él

Cabeza masculina, Gerard DuBois, 2008
Es él, ese ser líquido que se diluye
y se construye simultáneamente

con cada palabra, con cada sonido. 



Es él, y su cabeza que vive al límite, 

que se desplaza entre ideas, 

tan intangible, invisible, incompleto.



Es el ser sin tacto, sin aliento,

el que sueña y es soñado, 

el que es puro pensamiento.



Es él, ese sujeto, que adivino 

en otras realidades. 
Que se desplaza sigiloso
en dimensiones distintas.



El que toco cuando vibra el silencio, 

el que muere en el suspiro nocturno,

él, que muere cada vez que duermo.



domingo, 23 de noviembre de 2014

jueves, 20 de noviembre de 2014

Y así...


miércoles, 19 de noviembre de 2014

¿Eres feliz?

-¿Eres feliz?- La otra noche me hicieron esta pregunta. Luego, pasé horas reflexionando. Y sí, mi respuesta es que sí soy feliz... O lo fui durante esas semanas porque todo tenía sentido y estaba en su justo sitio, porque había armonía y paz, aún con la carencia económica y de tiempo, aún con este pesar por no poder hacer mucho por lo que pasa en casa, porque había planes y expectativas y oportunidades. Hoy no me siento así. Me siento acorralada. Acorralada porque hay cosas que parecen sin solución, son lastres eternos y nula voluntad de solución. Hoy mi casa dejó de serlo y no me siento bien ahí dentro porque todo es tensión y hostilidad. Me pone muy triste que una persona tan querida venga hasta acá a vernos y que no comprenda que la cuestión es sumar, no imponer.

Y el 15 olvidé encender una veladora... 

Siento que me pierdo... 
Perdida estoy una vez más.


lunes, 17 de noviembre de 2014

Rijaiju...

viernes, 7 de noviembre de 2014

La distancia...




"No vale nada la vida
la vida no vale nada 

comienza siempre llorando 

y así llorando se acaba 

por eso es que en este mundo 

la vida no vale nada"

José Alfredo Jimenez

Desde ayer me siento muy triste y angustiada por estar tan lejos de casa. Ahora no es el extrañar la comida, a las mascotas, a los amigos o a la familia. Es por saber que cada vez es más duro lo que está pasando allá y no saber cómo están todos, y no poder hacer mucho desde aquí, y también por sentirme partida en dos: Quiero involucrarme con lo que pasa, contarle todo a la gente con la que coincido y a la vez debo seguir en esta nube de humo que es el tener que investigar y avanzar con la tesis. ¿Cómo hacer para conjuntar ambas cosas? Me siento en un mundo irreal y me desconcierta aún más el que no haya muchos compañeros que también se preocupen por lo que pasa. 

¿Cómo será México cuando volvamos allá? ¿Cuántos más estarán presos o desaparecidos? ¿Cuántas injusticias más habrán de llegarnos a través de las noticias?

Mientras tanto esa estrofa de José Alfredo ronda en mi cabeza, y vuelvo a esos pensamientos de hace casi 15 años… ¿Vale la pena someterse sólo por miedo o dar todo por luchar por un mundo más humano?

Quiero volver a casa.






miércoles, 22 de octubre de 2014

Y así...



No te quiero sino porque te quiero

y de quererte a no quererte llego

y de esperarte cuando no te espero

pasa mi corazón del frío al fuego.




Te quiero sólo porque a ti te quiero,

te odio sin fin, y odiándote te ruego,

y la medida de mi amor viajero

es no verte y amarte como un ciego.

sábado, 18 de octubre de 2014

Otro credo...

A esta altura del partido

creo en la justa toma de distancia


en general


y en el olvido


en particular.


martes, 14 de octubre de 2014

Valencianas...

Hoy hubo una mañana linda: fresca y nublada, y camino al museo de Bellas Artes, pasé por los Jardines del Real buscando un lugar dónde sentarme a leer un poco mientras llegaba la hora de la cita. 

Así, caminando, mientras sentía un inmenso placer estético al contemplar los árboles con eses enormes flores rosadas, con aves en sus copas, y los patos acercándose a mi en busca de comida, sentí una especie de dicha y paz. Y pensé que ese es, sin duda alguna,  mi lugar favorito de Valencia.

Me senté en una banca y comencé a leer acerca del paisaje y miraba ocasionalmente al rededor, previniendo algún tipo de robo, pues el jardín prácticamente estaba vacío.

Al cabo de algunos párrafos pasó un hombre a unos 3 metros de distancia y continuó su camino. Noté que  vestía playera roja, pantalones de mezclilla y un bolso cruzado por el pecho. Yo seguí leyendo pero de pronto vi que más adelante, oculto detrás de un arco, el hombre seguía ahí. Temí por mi mochila y decidí seguirlo discretamente con la mirada y ubicar la salida más cercana. 

Pero la lectura volvió a atraparme: pensé que la estructura que tiene el texto funcionaría perfecto para mi proyecto, que era una forma muy valiosa de justificar mis talleres, al hacer referencias de todo tipo para explicar una idea. Y justo en esas reflexiones estaba cuando volví a percibir el color rojo cerca del arco. El tipo estaba parado mirando en mi dirección. Ahora sí detuve la lectura y lo vi: su mano moviéndose dentro del pantalón y su mirada fija en mi. Me pregunté montón de cosas acerca de la soledad y las manías que pueden hacer que ese hombre pretenda que alguien más quiera observar impasible cómo se masturba.

Guardé el libro, me levanté y con desagrado caminé hasta la salida del jardín. Pensé en lo relativas que son las cosas, porque ahora, cada que visite mi lugar favorito, recordaré ese grotesco incidente, y es muy probable que no vuelva a sentir la misma paz de antes.


Desvaneciéndose...

-Cuando tengas tiempo… Es que las emociones me ganan. No sé controlar y me asusta.-

-…Empieza con un título.-

-Pero me da algo parecido al miedo el permitirme sentir… -

-Y sé racionalmente que andas haciendo muchas cosas pero viene como esta sensación de querer más de ti.-

-Pero quiero un espacio común.-

-No sé bien. El ideal, coincidir en espacio-tiempo en algún lugar del mundo. No quiero pensar que no nos conoceremos nunca.-

 -Como no es fácil, mínimo buscar cómo coincidir en tiempo y hablar mucho.-

-Y entonces organicémonos.-

-Lo de la otra noche sigo sin comprenderlo.-

-Quizás no fue real pero se sintió real. Y me conflictúa cómo acomodar esa vivencia.-

-Sí… Fue como muy sentido y no sé cómo decirlo… pero fue como cercano también.-

-Lindo… Eso seguro…-

-Y es que fue como dar un paso más allá en el confiar en el otro. Es algo que no había hecho antes.-

Aún con tantas autocensuras.-

-Sí, muy lindo.-

-Pero es esta casi necesidad de más y de realidad.-

-Y quiero que hagamos algo para que dejen de sumarse años de virtualidad.-

Sí… Esa fue la sensación que me dejó a mi también… Fuerte… Y acompañado de un fuerte deseo de más realidad.-





lunes, 13 de octubre de 2014

Las puertas...

Hoy escribo esto sólo para ti. Y reflexiono: hace mucho tiempo no te escribía. Ahora lo hago porque me siento un tanto perdida y quiero que me ayudes a comprender.

Por diversas circunstancias, he dormido muy poco desde hace tres días, y me siento susceptible. Y te pienso, como lo hago desde hace 7 años, y te escribo como lo hice desde hace más de 5 años que empecé con este blog. 

Ya perdí la cuenta de cuánto tiempo llevamos discutiendo fuertemente pero también insistiendo en continuar con esta cosa tan informe e indefinida. ¿Cómo hablar de aquello que no tiene nombre? ¿Cómo vivir sólo de emociones e imaginación? ¿Qué pasa cuando se violan las reglas primigenias y permitimos que otro nivel de comunicación (o confianza) intervenga? ¿Por qué esta negativa a enfrentarse a la realidad? ¿Cuándo cambiará esta condición? ¿Cambiará? ¿Algún día dejará de ser sólo discurso?

Francamente, no tolero vivir con esta tan intensa necesidad de comunicarme, de cuestionarte, de sentirte cercano, de escucharte o leerte. Prefiero colocarme en esa situación estable en la que no me preocupa si apareces o no, en la que no me afectan tus actos… 

¿Por qué insistes tanto en que sienta y me entregue y me dejas ahí, sola otra vez?

Hace tres noches cruzamos una puerta, que no fue fácil, que fue bella, que significó mucho más de lo que fue, que plantea más necesidad de cercanía.

Siete años es mucho tiempo… Y la vida no dura tanto.



miércoles, 24 de septiembre de 2014

Hoy


Ya casi sumamos un mes fuera de casa, y apenas ayer pude sentirme bien aquí. Al fin logré encontrar algo de paz y sentido a este viaje en el que me he encontrado con contrastes culturales inesperados. Me encanta la idea del impulso del uso de las bicicletas y la separación de la basura. Pero no tolero el olor a excrementos de perro por todas las calles. Ya puedo soportar el acento de las personas, y hasta su carácter frío y cerrado (en muchos con los que me he comunicado; afortunadamente hay excepciones), pero me aterra la idea de endeudarme aún más. Solecito está muy contento con su escuela y amiguitos, aunque no muy conforme con acompañarme a escuchar a gente grande hablando de cosas que no le interesan.

Yo me siento un tanto sola por no tener con quién más hablar. Los amigos y la familia están, pero pocas veces coincidimos en horarios y el esperarlos para poder charlar me ha provocado un gran  cansancio que justo desde anoche se ha hecho denso, así que deberé ajustarme a este nuevo horario y descansar las horas necesarias. No creo aguantar mucho más con este ritmo.

En cuanto a la investigación, me siento optimista. Por las cosas que he visto y leído, creo que no estoy tan perdida y ya comienzo a imaginar un camino para comenzar a escribir (este es un ejercicio de calentamiento). Estoy emocionada y contenta…

Aunque me encantaría tener recursos suficientes poder viajar y conocer muchos lugares: eso me haría sentir plena. Eso y algún tipo de cercanía humana, además de Solecito, claro.

Y como siempre, es él quien me aterriza cuando comienzo a divagar y me hace seguir adelante.