
"No vale nada la vida
la vida no vale nada
la vida no vale nada
comienza siempre llorando
y así llorando se acaba
por eso es que en este mundo
la vida no vale nada"
José Alfredo Jimenez
Desde ayer me siento muy triste y angustiada por estar tan lejos de casa. Ahora no es el extrañar la comida, a las mascotas, a los amigos o a la familia. Es por saber que cada vez es más duro lo que está pasando allá y no saber cómo están todos, y no poder hacer mucho desde aquí, y también por sentirme partida en dos: Quiero involucrarme con lo que pasa, contarle todo a la gente con la que coincido y a la vez debo seguir en esta nube de humo que es el tener que investigar y avanzar con la tesis. ¿Cómo hacer para conjuntar ambas cosas? Me siento en un mundo irreal y me desconcierta aún más el que no haya muchos compañeros que también se preocupen por lo que pasa.
¿Cómo será México cuando volvamos allá? ¿Cuántos más estarán presos o desaparecidos? ¿Cuántas injusticias más habrán de llegarnos a través de las noticias?
Mientras tanto esa estrofa de José Alfredo ronda en mi cabeza, y vuelvo a esos pensamientos de hace casi 15 años… ¿Vale la pena someterse sólo por miedo o dar todo por luchar por un mundo más humano?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario