domingo, 26 de abril de 2009

Y duermo con tu nombre besando mi boca...

Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido.

Y así comienzo con este textito, que a bien no sé qué rumbo tomará. Escribir por escribir, esa es la consigna!!
Estos raros días de influenza, desconfianza a los funcionarios y sus medidas, los días de descanso obligado que caen gratamente por el hecho de estar en casa, y que resultan no tan gratos por no poder salir de casa, las incertidumbres, los desvelos programados, las películas que miramos con sincronía,  los amaneceres...
Estas ganas tendientes ya a ser necesidad de cercanía, de tocar, de comunicarse a todas horas y por cualquier medio...
Esta alegría de saberlo real, de mirar sus ojos lindos, de escuchar su respiración, de conocer parte de su mundo, de compartir tiempo y pensamientos, de esas coincidencias que sorprenden, de que un -no te vayas- que acerca...
Y así pasan las horas y acá se escucha el canto de algunos pajaritos, allá el paso de los autos por la calle; aquí aún es noche y allá hace rato que la luz del sol modeló todo el espacio...
Y con todo esto, además de lo que no escribo, no comprendo por qué ese quedarme contemplando y no poder pronunciar un -te quiero-, que huelga decir, todo lo que me conforma exige que exprese. Y sí, lo quiero, me encanta mirarlo dormir, escuchar su voz y más cuando canta, ese cabello corto o no tan corto, ver sus gestos, y esa particular forma de acomodarse... En fin, todo esto es para decir que lo quiero, que te quiero... Aunque sé que ya lo sabes.
Lindos sueños!!


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