Es hora de irse a pedir calavera.
Las últimas semanas mi ritmo de vida, de por sí acelerado, se ha vuelto aún más apresurado y caótico. Y justo hoy... justo cuando debo llevar a mi sol disfrazado de esqueleto a las calles a pedir calavera y satisfacer así su ilusión de este tiempo... justo ahora siento que se agotó toda energía en mi.
Volví muy triste de la escuela porque di todo de mi y me sentí utilizada por todos.
Quiero escribir, pero mi Catrín está más que listo y ansioso.
Me voy...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario