Anoche recordé aquellos tiempos en que semidesnuda subía a la azotea y miraba el cielo, esperando hallar respuestas. Pasaba horas interrogando a la luna, la madre... Y recordé mi primer nuevo nombre tan lleno de significados. Y recordé ése, mi primer viaje sola, recordé el aroma de Taxco, las dulces palabras de Galeano que me acompañaron todo ese fin de semana, la música que por primera vez pude sentir de forma absoluta, los colores, la luz, las texturas, los juegos...
Anoche, semidesnuda, subí a la azotea y miré el cielo buscando repuestas, buscando consuelo, buscando el abrazo de la madre luna que no apareció y volví helada, con los ojos congestionados y colmada de recuerdos de esos primeros meses de 1997.
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