Sabía que siguiendo las vías llegaría a donde tu casa
paso a paso, durmiente a durmiente por la vía de luz.
Y doblando aquella esquina, a dos faros a la izquierda
estaría el portal que crucé contigo nuestras tantas veces.
Sabía que al llamar a tu puerta aún siendo madrugada
te escucharía venir y contaría tus pasos, uno, diez…
y tendría tu sonrisa, tu mirada pequeña y ese tu abrazo
y esa mi soledad esperaría afuera hasta el amanecer.
Y sabía que podría perderte por mis ausencias
y sabía que podría quererte por tus presencias
cuando las vías de luz unían nuestras distancias.
Los durmientes siguen ahí, mas ya no los pasos,
las vías, la esquina, los dos faros, mas ya no la luz,
la soledad esperó afuera y pacientemente me encontró.
ahh que cosas...
ResponderBorrarCOMO QUE ULTIMAMENTE LOS RECUERDOS NOS PERSIGUEN Y ATORMENTAN A TODOS NO??