miércoles, 29 de julio de 2009

El costo de la honestidad

Quién mejor que Sabina para expresarlo: "Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena"...

Hoy finalmente me armé de valor y hablé (escribí) y dije lo que debía decir.
Fui sincera y me quedé sin palabras, sin ánimos y sin Sur.
Quizás decir algo más salía sobrando...
Quizás no debí decir nada, pero ¿cómo no decírselo...?
Y las palabras siguen atrapadas en mi garganta...
Y lo extraño ahora mucho más que todos estos días que no coincidimos...
Y si no quiere volver a hablar conmigo?
Y si no vuelvo a escuchar esa voz que tanto me dio?
Y si...?


lunes, 27 de julio de 2009

A la orilla de la chimenea...

Vías de luz (2003)

Sabía que siguiendo las vías llegaría a donde tu casa
paso a paso, durmiente a durmiente por la vía de luz.
Y doblando aquella esquina, a dos faros a la izquierda
estaría el portal que crucé contigo nuestras tantas veces.

Sabía que al llamar a tu puerta aún siendo madrugada
te escucharía venir y contaría tus pasos, uno, diez…
y tendría tu sonrisa, tu mirada pequeña y ese tu abrazo
y esa mi soledad esperaría afuera hasta el amanecer.

Y sabía que podría perderte por mis ausencias
y sabía que podría quererte por tus presencias
cuando las vías de luz unían nuestras distancias.

Los durmientes siguen ahí, mas ya no los pasos,
las vías, la esquina, los dos faros, mas ya no la luz,
la soledad esperó afuera y pacientemente me encontró.


sábado, 25 de julio de 2009

viernes, 24 de julio de 2009

Y Liniers tan sincrónico!!!

Divagando...

¿Anotar para recordar o anotar para pensar...?

Pienso...

Me pongo los lentes, tomo café con leche, escucho boleros y sigo pensando en la insoportable dispersión de estos días que no me ayuda a escribir. Pienso en lo que he vivido últimamente, y de la nada o del todo se me vienen montones de recuerdos. Hace algunos días Dise que dice me dijo algo así como que mi compañerita de desvelos es de esas personas que pasan por la vida y que no hay que dejarlas ir. Ese comentario de inmediato me remitió a cuatro personas que han pasado por mi vida, esas personas que una sabe que son muy importantes, con las que puedes congeniar perfecto y potenciar todo lo bueno que te conforma, con las que podrías (valga lo cursi del sentido) ser muy, muy feliz. Sin embargo, han derivado, por distintas circunstancias, en amores platónicos y ya.

Recordándolos de modo cronológico, deberé decir que los dos primeros ni idea tuvieron de lo que significaron para mi: con uno sólo hablé de intereses profesionales, con el otro hablaba de todo, pero en cuanto descubrí que no le era indiferente y que me movía cosas, opté por evadirlo. El tercero es un caso aparte: a éste sí le hice saber mi sentir, aunque reconozco que me faltó en acciones demostrarlo, pero pues nomás no se puede, las culpas ganaron. Y el último, bueno, ciertamente tengo la esperanza de que no entre en este grupo. La distancia medio que lo determina así, pero igual, todavía hay solución.

Y mientras ellos siguen cada uno su tan distinto camino, yo ando por acá, soñando y evocando a Platón: ¿Será que las sombras de la fogata son azules?


lunes, 13 de julio de 2009

Más Liniers...

domingo, 12 de julio de 2009

Hallazgos (1999)

El segundo

Noche con luces verdes, azules y rojas
nada más acá
y tus ojos expectantes
y los gatitos siempre jugando
pero pasa pronto el tiempo
me gusta que pase pronto
pero no siempre
es que suelo querer más,
y perderme...
¿me pierdes? ¿nos perdemos?
perdidos entre líos absurdos
lo que pienso que son absurdos
o zurdos?
¿o neutros?
con limón seguro que saben mejor
o agridulces con cáscaras de limón rallado
y con un cálido abrazo tuyo
mexicano, mexicanito ven y dame tus brazos
mexicano, argentino... hombre, ven!
con dulces y flores, con vuelos y velas
con tus ojos tristes
con esa sonrisita apenas que se asoma
con tu tacto y tu voz
con buñuelos y…
pambazos
¿conoces los pambazos?
quiero conocerte
y presentarte los pambazos
y mi mundo y mis pasos
y mi gata bonita y gorda...
y mis sueños y mis paisajes
y los perros de mis sueños y mis desvelos
hombre de mis desvelos, no te enojes si me ocupo
o me desocupo sin que estés...
aunque siempre estás
ay ay ayyyy en mi mente, no pasa minuto sin que te piense. Qué miedo, qué extraño, qué raro
qué celos, qué ganas, qué esperanzas!!!
Quisiera ser lo que esos muchos amantes quieren ser y tener, ser pájaro para volar hacia ti...
dormir entre tus brazos
soñar que estoy contigo y de verdad estar contigo. Despertar y tenerte.
todas la noches
Y si fuese pájaro, regresaría acá, y trataría de sostenerte en vuelo, enseñarte mi espacio y conocer juntos nuevos espacios
quiero tener una sola cosa clara
¿quieres volar conmigo?
yo quiero
comer nieve de chirimoyas contigo
tener la certeza de que eres tú
de que también respiras, que no eres un sueño
de que te quiero
no, eso es certeza: te quiero
que desaparezcan todos los fantasmas otros
y que te me aparezcas, tú mi fantasma
y digas buuuuu en mi oído
y no digas nada tampoco. Sólo quiero tomarte las manos y caminar
norte, sur, este, oeste...
o remar
arriba, abajo
allá, más allá
acá.. en nuestro acá
Aquí
Suspiro...
estos suspiros profundos que no se me acaban
Unos que otro llanto reprimido
y muchas sonrisas en la calle, caminando, que me salen de la nada, de ti, de tu recuerdo
entonces imagino tu mano apretando la mía
y tu calorcito
la energía emanando de ese pequeño espacio
eres como pastillitas de energía, te das en pequeñitas dosis. A veces me apetece una sobredosis
mi droga
empezando la adicción
la dicción?
creo que hablas bien.... rápido y lento. Te sabes llevar,
vocecita linda
¿me cuentas un cuento? "cuéntame algo"...
recuerdas ese primero de asesinos seriales y cuchillos?
¿el del futuro?
creo con eso me sedujiste
loquito
loco lindo
me estás pegando tu locura...
ayyyy...
Quiero escuchar música contigo... que cantes y bailes, que cierres los ojos
la serpiente que se muerde la cola
y la peli que no empieza
y tú que no apareces
esas horas que nos separan
dormimos juntos?
¿sí?
y te toca preparar el desayuno, el mate
y por fin el FIN

Sísifo

Sísifo, Tiziano, 1548/49, Óleo, Museo del Prado

Desde hace algunas semanas he sido partícipe de una historia que a ojos propios y extraños resulta inverosímil dado que es extremadamente parecida a otra anterior experiencia de la que difícilmente pude salir y no sin montones de heridas. Y muy a pesar de similitudes, tantas señales de alerta, advertencias y hasta regaños, no he logrado darle fin.

Anoche leí en uno de mis blogs favoritos una entrada que pareciera reflejar lo que estoy viviendo durante este tiempo: "La misma piedra", que me hizo recordar también el mito aquél de Sísifo quien en la mitología griega era un personaje astuto y rebelde frente a los designios divinos. Fue él quien aprisionó a Tánatos, provocando que durante un tiempo los hombres no murieran; incluso, burló a Hades y logró volver desde el infierno a la tierra y vivir hasta una edad avanzada. Sin embargo, no logró salvarse del castigo final de Zeus, que lo condenó a empujar cuesta arriba eternamente una enorme piedra, que una vez en la cima, volvía a caer...

Y me pregunto si acaso seremos descendientes de aquél personaje...

Hay muchas dudas, muchas incógnitas y mucho por resolver.


sábado, 11 de julio de 2009

Presto

Dice el I Ching:

Declinación
33 - LA RETIRADA

Ch'ien, Lo Creativo, Cielo
Ken, Manteniéndose quieto, Montaña.

El poder de la oscuridad crece. La luz se retira a la seguridad para que la oscuridad no pueda dominarla. Esta retirada no obedece a un deseo del hombre sino a una ley natural. Se trata de la manera correcta de no agotar las propias fuerzas.

General: Muestra al hombre la forma de retirarse a tiempo y de modo adecuado. Mediante el eludir, no el huir, logra el hombre concentrar sus fuerzas para un avance posterior exitoso.

Para el Presente: Pasamos por una época en la que la retirada ha sido lo mejor que pudimos hacer. Hemos, de esta forma, eludido hacerle frente a cosas o personas cuyas fortalezas nos hubieran vencido. Pero retirarse no es de ningún modo huir. Retirarse es juntar fuerzas, a la distancia, para un futuro avance. Llega ahora, entonces, el tiempo en el que ese avance nos llevará a triunfar.

Mutación De "LA RETIRADA" hacia "EL ENCUENTRO"

Lo sujeta firmemente con cuero de buey amarillo. Nadie es capaz de arrancarlo.

Hay quienes ya han empezado con el proceso de retirarse. Se trata de una decisión sabia. Sin embargo aparece aquí un hombre de buenos sentimientos, que no suelta fácilmente a aquellos. Como es justo, logra lo que busca.

Nacimiento
44 - EL ENCUENTRO

Ch'ien Lo Creativo, Cielo
Sun Lo Suave, Viento.

El hexagrama indica una situación en que el principio de la oscuridad, después de haber sido eliminado, furtiva e inesperadamente retorna para obstruir desde dentro y desde abajo. Por su propia decisión el principio femenino va a reunirse con el masculino. Se trata de una situación desfavorable y peligrosa que debe comprenderse pronto para prevenir sus posibles consecuencias.

General: Muestra al hombre como, no otorgándole poder a los vulgares, se evita el peligro apenas éste se visualiza. Mediante una minuciosa discriminación de las relaciones personales, el hombre logra sobreponerse a las malas influencias.

Para el Futuro: Ingresaremos a una época en la que nuestras relaciones deberán ser cuidadosamente consideradas. Sobre todo aquellas nuevas, y que se nos brindan abiertamente. No deberemos confiar en casi nada de lo que se nos acerque en épocas como esta. Si embargo, manteniendo nuestra lealtad para con nosotros mismos, lograremos que nuestros asuntos triunfen.


Y usted qué prefiere?

¿Puntos suspensivos o punto final?
... / .


miércoles, 8 de julio de 2009

No te hagas...

martes, 7 de julio de 2009

Perdida...

Durante las últimas doce horas he tenido muchos ratos de lagrimeo: Primero por algunas escenas dramáticas, emotivas, amorosas en una peli que Sur me recomendó, luego por mi solecito que anda de rebelde, luego porque sí, porque los recuerdos de repente salieron a flote y me dijeron -mira, aquí estamos, no nos has superado-, asunto que movió mi centro.
¿Será cuestión hormonal?
Eso espero...

lunes, 6 de julio de 2009

Pues no que se habían extinto?

¿Se puede?
(Hernández)


Cadáver exquisito

Una larga, larga noche que se hizo día
esperando como siempre
pero algo pasó que pasó más que advertida
no supe ni qué, sólo pasó, sólo pensé en que
cada noche quise repetir el encuentro
y cada día, cada tarde hasta que volviese la noche de nuevo
y que al otro lado del mundo alguien esperara por mi
pero qué sabía yo si realmente me esperan, uno nunca sabe
sólo sabe que siente, y que siente mucho
eso lo sabe, me lo dice, me lo hace sentir, pero siempre queda la duda
¿habrá reciprocidad, causaré el mismo mariposeo?
¿sentirá esto que muero por decirle?
te quiero, te quiero, te quiero y te quiero conmigo
aquí cerquita, a mi lado, no a los miles de kilómetros, me choca eso
¿y a qué saben tus besos?
tus ojos, ¿de qué color son a la luz del sol?
y todo lo verde, lo azul, por ahí disperso…
por ahí, los colores que fluyen cuando platico contigo, colores, colores, formas y texturas
¿5 minutos serán suficientes?
supongo que no, nunca es suficiente, quiero más, horas, días, una vida
me da miedo, yo sueño, tu sueñas... pero ¿y si despertamos y no es real lo que creemos?
si no es real, a la ....... , ya veremos qué pasa, ya nos veremos y ya veremos
pero ya, que la espera asfixia
causa insomnio, cosquilleo, estás y no estás
y me adormece tu respiración y sueño bonito
esos sueños en los que apareces sin que yo lo pida (aunque lo pido siempre)
quiero tomar el tren hacia el sur
quiero atravesar el mar, o que tú ya lo atravieses, o que tomes el tren al norte
o que vueles o te tele-transportes
si existieran esas cosas de las que habla la ciencia ficción
si hubiera un mucho más de dinero y un poco más de decisión
si hubiesen los medios,
si no hubiesen miedos
miedos y medios, es que los hay y no los hay. Qué miedo, qué ganas...
qué todo
Esto, aquí y allá, lo que me dices, eso todo
sí, esa voz... esa forma tan tuya de nombrarme
las formas en las que te muestras, en las que a través de esta cosa tan fría llegas a mi
taca, taca, taca, taca...
sonidos de dedos y teclas, rápido más rápido que se me acaba el tiempo
tirún, tirún, miaaau, miauuuu
y las risas de alguien más, todo eso que es tu mundo que quiero vivir
conocer todo, desde tu olor hasta el color de la puerta
pasando por las plantas que no sé si te gusten
los ladridos...
en fin, todo eso que me cuentas, que ya siento que lo conozco, ¡pero no!
y vuela la imaginación...
vuelo hacia ti... vuelas a mi, volamos, yo vuelo, tú vuelas, verbos y más verbos
¿y las acciones?
de nuevo los medios. Me urge tomar ese tren. Las acciones vienen después de eso, del tren o del avión o del barco o de la tele transportación.
de la mente, del corazón, de lo que quiero, de lo que puedo...
y de lo que dices que no puedes, porque también tienes miedo, se te nota, aunque no me lo dices,
seguir así o desencantarse... o ¿encantarse más?
qué dilemas, ya por favor, qué algo sea, lo que sea, encanto o desencanto, pero ya.
y esto que era para hablar de nosotras terminó hablando de ustedes, allá, al otro lado
como siempre, la mente y el cuerpo que quieren llegar a ti.
tirún, tirún...
tan-tan.

domingo, 5 de julio de 2009

De la ausencia y de ti...

Ahora sólo me queda buscarme de amante
la respiración
No mirar a los mapas, seguir en mi mismo
No andar ciertas calles,
olvidar que fue mío una vez cierto libro
O hacer la canción
Y decirte que todo esta igual
la ciudad, los amigos y el mar
esperando por ti,
esperando por ti.

Sigo yendo a Teté semana por semana
te acuerdas de allá
Hoy habló de fusiles despidiendo muertos
Yo se que ella me ama
Es por eso tal vez que te siento en su sala,
aunque ahora no estás.
Y se siente en la conversación,
o será que tengo la impresión,
de la ausencia y de ti,
de la ausencia y de ti.

No quisiera un fracaso en el sabio delito
que es recordar.
Ni en el inevitable defecto que es
la nostalgia de cosas pequeñas y tontas
Como en el tumulto pisarte los pies
Y reír y reír y reír,
Madrugadas sin ir a dormir.
Si, es distinto sin ti.
Muy distinto sin ti.

Las ideas son balas hoy día y no puedo
usar flores por ti.
Hoy quisiera ser viejo y muy sabio y poderte decir
lo que aquí no he podido decirte,
hablar como un árbol
con mi sombra hacia ti.
Como un libro salvado en el mar,
como un muerto que aprende a besar,
para ti, para ti,
para ti, para ti.

miércoles, 1 de julio de 2009

El paraguas de Wittgenstein

1. Como la gente se conoce o no se conoce nunca, pero total a veces se enamora, suponte que la lluvia te reúne con una mujer debajo de un paraguas. Tú le dices: ¿Me permite? y ella, indecisa y sorprendida, sopesando los pros y los contras te contesta que no, que el paraguas es suyo y que te vayas. Suponte que obedeces y te alejas brincando los charcos y que al cabo de una calle, dos calles, tres calles encuentras un techito para guarecerte y que ahí, precisamente ahí, se oculta el asesino que estaba escrito habría de matarte y que te sale al paso con aquello de la bolsa o la vida, y tú respondes que la vida, porque estás empapado y sientes frío y ganas de morirte o de pedir una taza de café muy caliente, pero como en ese zaguán no hay servicio de cafetería, pues te atraviesa con tremendo cuchillo y desde el suelo miras a tu asesino perderse con tu reloj y tu cartera detrás de la cortina de lluvia de la que sale la muchacha que no te quiso asilar bajo su paraguas, y cuando ella pasa: tú mueres.

1.1 Suponte que el cielo existe y que se te ocurrió morir a las seis de la tarde o, mejor, que tu asesino te haya matado a esa hora o, si lo prefieres, que el tiempo que todo lo coordina haya sincronizado con gran precisión los relojes para que murieras en tu país a las seis de la tarde sin que tú ni tu asesino anduvieran preocupados por la puntualidad. Si el cielo existe, a las seis y cuarto llegarías a sus puertas remolcado por la columna de humo de alguna chimenea próxima al sitio donde habría quedado tu cuerpo. Las puertas están abiertas de par en par, entras, caminas, buscas por uno y otro lado, pero no hay nada, no encuentras a nadie: El cielo es un hangar infinito, piensas y te pasa por la conciencia la imagen de la mujer que en mitad de la lluvia te negó la sombra seca de su paraguas.

1.1.1 Suponte que además de cielo, haya Dios: tu ascenso y llegada son los mismos, sólo que ahora encuentras un mostrador y, detrás del mostrador, un mayordomo de levita verde que te hace señas con su linterna de bencina para que te acerques. Das unos pasos y en el acto descubres en el verde chillón de la levita que el cielo no es lugar para ti, que a ti te corresponden otros pasatiempos: descifrar de por muerte las razones por las que esa mujer se negó a compartir contigo su paraguas, y otros asuntos por el estilo.

1.1.1.1 Suponte que haya Dios y que te está esperando, que cruzas la eternidad y el infinito que no son otra cosa que una fila interminable de salitas de espera, salas y antesalas de espera, y que al final, o lo que tú consideras el final, encuentras unos muebles como de cafetería, con sillones confortables de plástico azul, imitación cuero, y que tomas asiento convencido de que si Dios te aguarda: tú debes reunirte ahí con Él. Palpas el forro azul del sillón y tus antiguos hábitos te hacen desear una leche malteada; pero Dios, aunque te esté esperando, no llega y en su lugar, asociado por la malteada y el deseo, lo que viene a ti es el recuerdo de la mujer que en la lluvia te dijo: No.

1.1.1.2 Suponte que Dios llegue: el recorrido previo podría ser idéntico a excepción, claro está, del color de la levita del mayordomo, porque si Dios llega la levita tendrá que ser color obispo. Tú estás sentado en el sillón azul de plástico deseando una malteada y en ese momento llega Dios disfrazado de camarero y sobre una charola trae precisamente esa malteada que tú deseas; viene con corbata de moño y un higiénico bonete en la cabeza. Tú te levantas respetuoso y lo invitas a sentarse, Dios accede y le convidas un sorbo de tu leche, pero Él declina y te explica que acaba de comer, que te lo agradece pero que no tiene apetito. Tú retrocedes apenado: comprendes que fue impropia la manera confianzuda con la que le ofreciste el sorbo y, temeroso de haber cometido una imprudencia, preguntas si se puede fumar. Te responde que sí y hasta te acepta un cigarro. Tu mano tiembla por estar encendiendo fósforos humanos en la cara de Dios. Sin embargo, Dios aspira y comenta: Son buenos sus cigarros, ¿tabaco rubio? No, contestas sin darte cuenta de que corriges nada menos que a Dios, son de tabaco oscuro. Está menos procesado, ¿verdad?, dice Él, y tú contestas que sí, que se trata de cigarros baratos. Pues están magníficos, asegura Él. Tú aspiras el humo y piensas que no son tan buenos, pero no te atreves a decirlo. Dios mira a su derredor y hace un comentario a propósito del plástico azul de los asientos, algo acerca de que parece cuero. Tú le das la razón, Dios termina su cigarro y dice: Bueno, pues Yo, usted sabe, tengo que irme, ha sido un placer. Tú no atinas a decir nada y, cuando Dios se aleja por entre los sillones que parecen forrados de cuero azul, recuerdas el modo como tu asesino se alejó por la calle mientras llovía y la cara de la mujer que no quiso aceptarte bajo su paraguas.

1.2 Suponte también que no haya nada, que tú te mueres a las seis de la tarde porque la lluvia te obliga a buscar dónde protegerte y el techo hospitalario que te pareció inofensivo ocultaba al criminal que habría de matarte a resultas de que hubo una mujer que no quiso compartir su paraguas contigo. La chimenea soltaría al aire su bocanada sucia, la lluvia atravesaría el humo y lo bajaría al piso vuelto hollín, polvo finísimo mojado que el agua arrastraría junto con tu último suspiro hacia la alcantarilla. Al día siguiente tu cuerpo lavado por la lluvia sería encontrado: Un muerto, gritarían; pero tú no oirías nada, ni siquiera el sonido de la lluvia, ni los pasos de tu asesino, ni el no de la mujer que te excluyó de su paraguas; no oirías ni verías ni sabrías nada: nada de leches malteadas, ni de pláticas con Dios, ni mayordomos de levita, ni sillones que parecen de cuero. No habría nada.

2. Ahora suponte que abajo del paraguas ella te contesta: Sí, claro, acompáñame. Y tú, indeciso y sorprendido por haber repasado algunas consecuencias de su negativa anterior, comienzas a contarle que el "no" que te dijo en otro cuento te lanzó a las manos de un asesino y a unas pláticas con Dios y a una serie de hipótesis que ella festeja riendo, justo cuando pasan frente a la puerta donde está el asesino que espera que tú llegues chorreando para matarte; pasan de largo y, como la tarde está de perros y apenas son las seis, ella propone entrar en la cafetería que queda en la calle siguiente, la cual, por supuesto, tiene los sillones azules. Entran, se sacuden la lluvia que les perla la ropa, y ella pide una leche malteada y tú, un café.