Nos sincronizamos para dormir; dormimos juntos. Me arrullo con el ritmo de tu respiración, intento sentirla sobre mi piel y aparece poco después tu cálido abrazo; imagino el color de las aves que cantan por la mañana (tu mañana), y cuya voz me saca de sueños en que vuelo entre cerros nevados, pueblos con fiestas, gente hormiga caminando por las calles y tanta, tanta esperanza en el aire.
Me alegra tanto que hayas vuelto, que compartamos sueños, que las horas se diluyan en instantes, que tu voz y tu sonrisa poblaran esta pantalla que nos separa, que nos acerca. Esta mañana no abuso si digo que estoy feliz.
Sólo hay una cosa que me niego a imaginar y que me intriga cada día más; que necesito conocer ya: ¿A qué saben tus besos?
Yo me pregunto lo mismo... (je, bueno, con "el otro suda" (no vayas a creer...)
ResponderBorrar