Algo se quebró con esa ausencia suya; quizás mi confianza, quizás la esperanza.
Ahora escribo mientras escucho su respiración. Del otro lado duerme, tal vez sueña, tal vez entreabre un ojo y me mira mientras escribo estas líneas; no lo sé. Es un ser indescifrable y lejano.
Un día llegó a mi, abrió puertas y ventanas, jugueteó con mis horas y mis sueños y luego de hacer vibrar cada recoveco simplemente desapareció. Ahora regresa como si otra década tuviera encima suyo, y yo quisiera saber todo, todo cuanto ocurre en su interior, pero es tan hermético. No sé cómo penetrar en ese mundo que niega y expone a la vez, cómo mirar lo que hay detrás de esos ojos tristes, cómo mantenerlo despierto, cómo hablar del mar de emociones que provoca...
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