lunes, 24 de noviembre de 2014

Él

Cabeza masculina, Gerard DuBois, 2008
Es él, ese ser líquido que se diluye
y se construye simultáneamente

con cada palabra, con cada sonido. 



Es él, y su cabeza que vive al límite, 

que se desplaza entre ideas, 

tan intangible, invisible, incompleto.



Es el ser sin tacto, sin aliento,

el que sueña y es soñado, 

el que es puro pensamiento.



Es él, ese sujeto, que adivino 

en otras realidades. 
Que se desplaza sigiloso
en dimensiones distintas.



El que toco cuando vibra el silencio, 

el que muere en el suspiro nocturno,

él, que muere cada vez que duermo.



domingo, 23 de noviembre de 2014

jueves, 20 de noviembre de 2014

Y así...


miércoles, 19 de noviembre de 2014

¿Eres feliz?

-¿Eres feliz?- La otra noche me hicieron esta pregunta. Luego, pasé horas reflexionando. Y sí, mi respuesta es que sí soy feliz... O lo fui durante esas semanas porque todo tenía sentido y estaba en su justo sitio, porque había armonía y paz, aún con la carencia económica y de tiempo, aún con este pesar por no poder hacer mucho por lo que pasa en casa, porque había planes y expectativas y oportunidades. Hoy no me siento así. Me siento acorralada. Acorralada porque hay cosas que parecen sin solución, son lastres eternos y nula voluntad de solución. Hoy mi casa dejó de serlo y no me siento bien ahí dentro porque todo es tensión y hostilidad. Me pone muy triste que una persona tan querida venga hasta acá a vernos y que no comprenda que la cuestión es sumar, no imponer.

Y el 15 olvidé encender una veladora... 

Siento que me pierdo... 
Perdida estoy una vez más.


lunes, 17 de noviembre de 2014

Rijaiju...

viernes, 7 de noviembre de 2014

La distancia...




"No vale nada la vida
la vida no vale nada 

comienza siempre llorando 

y así llorando se acaba 

por eso es que en este mundo 

la vida no vale nada"

José Alfredo Jimenez

Desde ayer me siento muy triste y angustiada por estar tan lejos de casa. Ahora no es el extrañar la comida, a las mascotas, a los amigos o a la familia. Es por saber que cada vez es más duro lo que está pasando allá y no saber cómo están todos, y no poder hacer mucho desde aquí, y también por sentirme partida en dos: Quiero involucrarme con lo que pasa, contarle todo a la gente con la que coincido y a la vez debo seguir en esta nube de humo que es el tener que investigar y avanzar con la tesis. ¿Cómo hacer para conjuntar ambas cosas? Me siento en un mundo irreal y me desconcierta aún más el que no haya muchos compañeros que también se preocupen por lo que pasa. 

¿Cómo será México cuando volvamos allá? ¿Cuántos más estarán presos o desaparecidos? ¿Cuántas injusticias más habrán de llegarnos a través de las noticias?

Mientras tanto esa estrofa de José Alfredo ronda en mi cabeza, y vuelvo a esos pensamientos de hace casi 15 años… ¿Vale la pena someterse sólo por miedo o dar todo por luchar por un mundo más humano?

Quiero volver a casa.