Hace unos días estuve por segunda ocasión en un lugar hermoso que me obliga a reflexionar. La primera vez me senté en la mitad de un puente, y mientras contemplaba la naturaleza, analicé la situación en la que me encontraba: Con una exposición en puerta, una relación sin presente ni futuro y una huelga a media historia. Esta vez no pude sentarme, pero al cruzar ese mismo puente, recordé y me cuestioné. Hay mucho que no me gusta de lo que vivo en estos tiempo y sé que hay mucho por cambiar, mucho por dejar atrás, mucho por enfrentar...
Al volver a casa quise olvidar esta sensación, pero un intercambio breve de palabras me ha hecho sentir una profunda tristeza y a replantearme qué es lo que debo dejar atrás para sentirme plena.
Falta mucho, lo sé...
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