Quien ha visto la Esperanza, no la olvida.
La busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres.
Y sueña que un día va a encontrarla de nuevo, no sabe dónde, acaso entre los suyos.
En cada hombre late la posibilidad de ser o, más exactamente, de volver a ser otro hombre.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Alejandra Pizarnik
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.
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