domingo, 13 de mayo de 2012

Las palabras que rezumban...

Pero no, ésta vez en verdad no haré nada. Podrá quizás ser orgullo, o decidia, o resignación. No lo sé, pero es lastimero.

No sé qué tan ciertas sean tus palabras, no me lo imagino porque así como el jugo en polvo y el agua, tú y tu imagen, mis sentimientos y lo que quizás queremos se han ido confundiendo cada día más.

Desde siempre te hablé de reciprocidad y he intentado no dar más ni menos de lo que tú aportas. Por eso me indigna que ahora que actúo como tú, te ofendas de esta manera, que invites al diálogo cerrándolo, que seas tú quien hable de dejarlo disolver, quien habla del mundo real versus este idealizado mundo de pantallas... Quizás es en el fondo lo que deseas y no sabes cómo decirlo.

Hubo un tiempo en que eras real, en que no dormía con tal de escuchar tu respiración, en que sentía taquicardia al ver que aparecías. Hoy ya no: me cansé de esperar una dosis de realidad y como no hubo eco que me diera fuerza, me he acorazado. Ya no puedo creer y por eso necesito certezas: lo que veo existe; lo demás es sólo un sueño y los sueños, sueños son...

No creo que me leas; tampoco creo que vuelvas a buscarme...

Espero que logres adivinar con exactitud el lugar que ocuparás en mi memoria.


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