Besos furtivos en lugares oscuros, música de ritmos contagiosos, una gran fiesta, tu familia departiendo a la mesa, un perrito callejero recién adoptado haciendo por sentirse parte de la casa, la lluvia suave afuera, tus ojos buscándome, alguien hablando de aretes de oro, alguien más que me decía lo mucho que se notaba el magnetismo entre nosotros. Y eras tú, aunque al principio te presentaste con otra forma...
Desperté emocionada, pero conforme pasaron los minutos y recuperé la lucidez, más bien me fui sintiendo triste. Triste porque sólo en sueños experimento el amor recíproco.
Debo ya salir de esta rutina. Es definitivo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario